Cuando la comida quema y es demasiado tarde para para escupirla los niños tienden a mover la cabeza para así cambiar de lado el bolo alimenticio e ir quemando diferentes partes del paladar paulatinamente en vez de una sóla parte hasta la necrosis.Yo también, y me parece una decisíón acertada.De hecho creo que fui el primer ser humano en hacerlo, y no creo que erre clamorosamente si digo que fue con una papilla demasiado calentada por mi tía Mer. El bolo alimenticio pasó primero por los caninos y de ahí a mis premolares hasta finalmente ser triturados por mis molares.Mi esófago lo ingirió y seguí notando el ardor en la boca de mi estómago, creí que´aquello perforaría mis paredes intestinales, si bien dudo que aquella misma palabra estuviera por entonces en mis pensamientos.Cuando camino por los pasillos infestados de mi centro de trabajo me pregunto de qué cojones habla la gente que no se conoce...es decir...¿de qué habla la gente cuando no habla de trabajo?¿Critican a otros?¿Comparten recetas de cocina?Me cuesta mucho pensar que hablen de qué persona les ha hecho más daño en esta vida, la verdad...es por esa razón por la que prefiero tocar los güevos a la gente, porque para hablar de las dolencias de sus hijos prefiero no hablar...o directamente ingerir comida hipercalentada para mantener mi boca cerrada, aunque sepa que me va a costar un par de llagas.
miércoles, 26 de enero de 2011
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